Las proteínas están constituidas fundamentalmente por hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y carbono, y algunas también tienen entre sus componentes fósforo y azufre. Y están formadas por algunos aminoácidos, unidos por medio de enlaces peptídicos.
Las proteínas son macronutrientes presentes en diversos tipos de formas de vida. Por su parte, las plantas las sintetizan del nitrógeno inorgánico, pero los animales, no pueden ejecutar partes de este proceso, por lo que deben incorporar diferentes tipos de proteína a través de los alimentos.
Las proteínas son de los nutrientes primordiales para el funcionamiento adecuado del organismo, así como para desarrollo y crecimiento. Es por ello, que es esencial una dieta acorde y saludable para absorber todas las que el cuerpo no produce por sí solo.
Los aminoácidos son la base de lo que está conformado el cuerpo. Existen 20 aminoácidos empleados en la creación de las proteínas. También son llamados canónicos.
Los aminoácidos se agrupan en esenciales y no esenciales. Los esenciales no pueden ser producidos por el cuerpo, así que deben ser ingeridos por medio de la dieta. Estos son: isoleucina, metionina, valina, fenilalanina, treonina, triptófano, histidina, lisina y leucina.
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20 tipos de aminoácidos proteicos
Arginina. Intercede en la fase de liberación y producción de la hormona de crecimiento. También es parte del proceso de síntesis de creatinina y en el ciclo de la urea.
Ácido glutámico. Absorbe el exceso de amoníaco del cuerpo. Y es calificado como la gasolina del cerebro.
Cisteína. Es primordial en la salud y crecimiento del cabello. Además intermedia en la eliminación de metales pesados del cuerpo.
Alanina. Interviene en el metabolismo de la glucosa.
Asparagina. Elimina con la glutamina el exceso de amoníaco del organismo y actúa en la mejora de la resistencia a la fatiga. Es sintetizado a partir del ácido aspártico.
Leucina. Incrementa la formación de la hormona del crecimiento. Ayuda en la sanación de los huesos y piel. Y es parte del desarrollo y restauración del tejido muscular.
Fenilalanina. Ayuda a apaciguar el dolor, disminuye el exceso de apetito y hace viable la regulación de las endorfinas encargadas de la sensación de bienestar.
Glicina. Permite la cicatrización, previene enfermedades infecciosas, es parte del correcto funcionamiento cerebral y funciona para la creación de masa muscular.
Isoleucina. Permite la regulación del azúcar en la sangre. Es esencial para el tejido muscular y del desarrollo de la hemoglobina. Además interviene en el código genético.
Glutamina. Combate los problemas de alcohol, e incrementa la actividad mental y función cerebral. Se halla de forma copiosa en los músculos.
Histidina. Forma parte del proceso de crecimiento y de la reparación de tejidos. Se precisa en la producción de glóbulos blancos y glóbulos rojos en la sangre, encontrándose de manera profusa en la hemoglobina.
Taurina. Previene el menoscabo macular, favorece la visión y fortifica el músculo cardíaco, previniendo las arritmias cardíacas.
Lisina. Es primordial en el proceso contra el herpes, y sintetiza el aminoácido carnitina.
Metionina. Previene la pérdida de cabello, el colesterol alto y algunos edemas.
Prolina. Asiste en la síntesis de colágeno y es responsable del proceso de algunos neurotransmisores cerebrales vinculados con la depresión.
Tirosina. Favorece la mitigación de la ansiedad y la depresión. Sobresale por la función de neurotransmisor.
Serina. Es predecesor de los fosfolípidos que sustentan el sistema nervioso, además interviene en la metabolización de las grasas.
Valina. Participa en la regulación del apetito. Es necesario para el crecimiento y reparación de los tejidos musculares.
Triptófano. Es precursor de la serotonina, es considerado un antidepresivo natural y beneficia el ritmo del sueño. El cuerpo no puede sintetizarlo por lo que es esencial ingerirlo por medio de alimentos.
Treonina. Interviene en la síntesis de la elastina y del colágeno. Es esencial en el proceso de desintoxicación.
Clasificación y funciones de las proteínas
Los diversos tipos de proteínas pueden clasificarse de diferentes maneras, según su función, su origen, su composición o conformación.
Según su origen. Es de los tipos de proteínas más conocidas, pueden ser de origen animal o vegetal.
- Proteínas animales. Las proteínas animales tienen cantidades de aminoácidos similares a los que el cuerpo necesita para fabricar sus propias proteínas. La carne de cerdo, pollo, huevos, entre otros.
- Proteínas vegetales. Los vegetales no dejan muchos residuos como las proteínas animales, pero no poseen las cantidades necesarias para el cuerpo, para contrarrestar se deben combinar distintos alimentos que permitan tener las medidas diarias. Frutos secos, hortalizas, proteínas de soya, lentejas, garbanzos, entre otros.
Según su función. De acuerdo a la tarea que realizan en el organismo.
- Hormonales. Operan como mensajeros químicos, transportando información entre las células. Son segregadas por glándulas endocrinas.
- Catalizadoras o enzimáticas. Apresuran las tareas metabólicas de las células, como el proceso digestivo, del hígado y de la glucosa.
- Defensivas. Poseen propiedades inmunitarias, sirviendo como anticuerpo para alejar o eliminar las bacterias.
- Estructurales. La queratina, el colágeno y la elastina.
- Transporte. Trasladan minerales a las células.
- Almacenamiento. Depositan iones minerales como el hierro y el potasio.
- Contráctiles. Regulan la velocidad y fuerza de las contracciones de los músculos y del corazón.
- Receptores. Se hallan fuera de las células para vigilar las sustancias que entran a estas.
Según su conformación
- Proteínas globulares. Por lo general son proteínas transportadoras y son solubles en agua. Las cadenas polipeptídicas se pliegan sobre sí mismas, ocasionando una distribución esférica.
- Proteínas fibrosas. Son insolubles en el agua y soluciones salinas. Están constituidas por cadenas polipeptídicas ordenadas en forma paralela.
- Según su composición.
- Holoproteínas. Proteínas simples conformadas por aminoácidos.
- Heteroproteínas. Proteínas conjugadas compuestas por un no aminoácido, y pueden ser lipoproteínas con estructura de lípidos, glicoproteínas con distribución con azúcares, metaloproteínas comprenden en su molécula uno o más iones metálicos, hemoproteínas como la hemoglobina, y nucleoproteínas que se encuentran unidas a un ácido nucleico, como los cromosomas.
Tipos de proteínas en los Alimentos
Existen diversos tipos de proteínas que ofrecen elevadas cantidades por medio de la alimentación. Las de origen animal son las que poseen mejor aprovechamiento metabólico.
Al comer los jugos gástricos del estómago e intestino descomponen las proteínas de los alimentos en sus componentes básicos, y las divide en aminoácidos para fabricar sus propias proteínas.
Ciertas moléculas primordiales, hormonas, enzimas o anticuerpos, son proteínas que el organismo ha desarrollado desde los aminoácidos ingeridos por medio de las proteínas de los alimentos.
Carne de ternera. Puede aportar 93 gramos de proteína por cada kilo.
Queso. Los más ricos en proteínas son los parmesanos, la mozzarella y los partisanos.
Pollo. Puede contribuir con el 30% de 100 gramos de proteínas, por lo que es recomendada para ganar músculo.
Claras de huevo. Es primordial incluirlas en la dieta por su aporte de proteínas. Contienen aproximadamente 10 gramos por unidad. Además es considerado el alimento proteico perfecto ya que posee todos los aminoácidos esenciales.
Pescado. El salmón, el bacalao y las anchoas son los que más contienen proteínas.
Frutos secos. El pistacho posee 19 gramos por cada 100. Y el maní es el más rico en proteínas, con 24 gramos.
Legumbres. Poseen más proteínas que otro vegetal, y además tienen un bajo contenido de grasa y son fáciles de asimilar. Las lentejas tienen un alto valor proteico, una taza otorga 18 gramos.
Soya. Tiene 36 gramos de proteínas por cada 100 gramos de soya.
Cuidado con los excesos
Las cantidades abundantes de proteínas se transforman en grasa y acaban con la energía del cuerpo, es por ello que se debe realizar deporte, e ingerir las medidas adecuadas para no causar contraindicaciones. El inconveniente con las proteínas animales es la acidificación del organismo que conlleva a problemas de salud.
El exceso de proteínas puede empeorar enfermedades del riñón y del hígado, y causar diarrea o deshidratación, diarrea. Las medidas más adecuadas son de unos 40 a 60 gramos de proteínas al día, pero como se deben tener en cuenta algunos otros factores como la condición de la persona, el peso y la edad, se recomiendan 0.8 gramos por kilogramo de peso en adultos, y en niños unos 2 kilogramos por kilo de peso y al día.
Al extralimitar la cantidad apropiada de las proteínas ingeridas, se sobrepasan las necesidades del cuerpo. Así pues, los aminoácidos desencadenan amoniaco, liberando aminas que resultan altamente tóxicas, convirtiéndose en urea en el hígado, y los riñones muchas veces no son capaces de controlar niveles elevados. El consumo de carnes de forma excesiva está vinculado con la aparición de ciertas enfermedades o trastornos, como los problemas de colesterol, corazón y cáncer.
Digestión de las proteínas
Sin el proceso metabólico las proteínas serían expulsadas de la misma manera que son ingeridas. Para beneficiarse de sus nutrientes el sistema digestivo realiza procedimientos de descomposición, desechando los residuos aprovechables y logrando asimilar los aminoácidos.
La pepsina actúa en el estómago para descomponer los alimentos en una primera instancia. Esta enzima trabaja en un ambiente ácido, para ello las glándulas gástricas secretan ácido clorhídrico y consiguen la acidificación del jugo gástrico, que logra la desintegración de las proteínas. Posteriormente, ya en el intestino delgado, el páncreas se encarga de secretar enzimas que finalizan el trabajo de descomposición, para de esta manera, permitir la absorción de los aminoácidos listos para ser absorbidos.
La absorción por su parte, se lleva a cabo por medio de las vellosidades intestinales hasta llegar a los capilares sanguíneos. Por último, los aminoácidos podrán llegar a las células que fabricarán sus propias proteínas a través del sistema circulatorio.
El proceso de masticado también es importante para tener una buena digestión. Ya que al no realizarlo correctamente dejando trozos muy grandes de alimentos, se dificulta el proceso de descomposición que tienen las enzimas y los jugos gástricos, por lo que son expulsados a través de las heces sin haber sido asimilados y metabolizados los aminoácidos que necesita el organismo.