Paratonía: causas, síntomas y tratamiento

El cuerpo humano divide en dos funciones a sus 639 músculos diferentes. Por un lado tenemos los músculos esqueléticos, los cuales están bajo nuestro control y se someten a la voluntad de la persona. Los otros son músculos lisos, un grupo que trabaja de manera autónoma e independiente de nuestras decisiones o del movimiento que queramos realizar.

Sin embargo, los músculos esqueléticos en ocasiones presentan anomalías que los hacen funcionar incluso cuando no lo deseamos. Bajo ciertos condicionantes, estos músculos pueden actuar y mostrar comportamientos atípicos que no podemos controlar.

Si ese es el caso, pudiera tratarse de una paratonía, que se manifiesta como una tensión a un nivel desproporcionado en una determinada zona muscular. Algunas manifestaciones tales como los famosos tics, el tartamudeo y el corea, son asociadas a esta condición. También se le conoce como debilidad motriz, pues se trata de la dificultad de mover voluntariamente uno o varios músculos.

Evita que podamos relajar los músculos que corresponden al grupo esquelético voluntariamente. En una rutina bastante desesperante, el músculo se contrae una y otra vez, mientras manifiesta una irritante tensión. Es una condición bastante molesta para cualquier persona, más si se trata de alguien que emplee movimientos físicos coordinados, para lo cual la paratonía es un impedimento mayor. La lentitud, los movimientos torpes e inseguros, poco constantes y coordinados, son los rasgos principales de una persona paratónica.

Su origen en el individuo está asociado a una gran variedad de factores. Entre los más comunes al momento de ser diagnosticados, aparecen los trastornos somamotores, niveles de estrés elevados que contraen el músculo del sujeto, o como consecuencias de traumatismos en diversas regiones del cuerpo.

En primera instancia se trata de una afección a nivel físico, que va desde la debilidad y el dolor en las zonas afectadas a, en casos mucho más graves, la parálisis parcial o completa de la región. Sin embargo esta pudiera tener también incidencias que lleven a comprometer mentalmente al afectado, por lo que afecta los aspectos psíquico, motor, sensorial y afectivo de la persona.

Las condiciones psicológicas de la paratonía aparecen como enfermedades de fondo, como secuelas que devienen de encontrarse en esta condición, esto sujeto al nivel de tolerancia y autocontrol que tenga cada persona. Así, tenemos individuos que pueden presentar secuelas psiquiátricas como la ansiedad, la hipocondría o enfermedades psicosomáticas.

Las enfermedades que afectan al cuerpo humano tienen una estrecha relación con la mente. Una muestra concreta y evidente de ello es la paratonía en los músculos, que puede ser infundida a partir de una condición mental, como el estrés, o bien devenir en condiciones mentales.

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Causas que provocan la paratonía

Como hemos visto, sus causas pueden ser diversas y provenir de distintos aspectos de nuestro sistema, incluso puede relacionarse directamente con nuestros hábitos diarios. Entre las causas más comunes encontradas por especialistas, tenemos:

  • Sobrecargas musculares
  • Calambres o tendinitis
  • Inflamaciones en los músculos esqueléticos, también conocidas como Miositis
  • Distrofias musculares
  • Efectos secundarios de la medicación
  • Lesiones musculares
  • Daños en el sistema nervioso que pudieran afectar a los músculos

También puede ser una condición adquirida como parte de las afecciones que algunas infecciones tienen en el organismo. Además, como ya hemos mencionado anteriormente, también los factores emocionales tienen incidencia en los músculos, por lo que afecciones como la ansiedad y el estrés pueden ocasionar las contracciones musculares y las muestras de tensión alta en diversas zonas de los músculos.

Síntomas de la paratonía

Los principales síntomas son los que hemos descrito hasta este momento. Si bien afecciones físicas muestran también como síntomas la tensión muscular y las constantes contracciones, en una persona paratónica son estos mismos elementos los que pueden indicar que se está sufriendo de la condición.

Su reconocimiento dependerá entonces del diagnóstico por parte de un especialista. Al detectar contracciones musculares constantes, altas cargas de tensión muscular, movimientos de diversas zonas que no son premeditados y debilidad en alguna zona de nuestro cuerpo, se debe acudir al médico inmediatamente para proceder con la etapa de diagnóstico y el posterior tratamiento para aliviar la afección.

El proceso de diagnóstico se basa en detectar mediante estudios altos niveles de tensión en zonas particulares de los músculos. En primera instancia, los médicos especialistas suelen realizar un examen físico de rutina para detectarlos. De no ser suficiente, entonces procederán a pedirte que te realices algunos exámenes extra para evitar confusiones y ser más certeros con la patología que se tratará.

La biopsia muscular, las electromiografías, los exámenes para detectar los niveles de aldolasa en la sangre u otros elementos como la creatina, y el examen de deshidrogenasa láctea, son algunas de las vías que usan los médicos especialistas para diagnosticar con mayor precisión esta condición.

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Tratamiento de la paratonía

En general, las patologías musculares, independientemente de si estas afectan mentalmente al individuo, son tratadas en primer lugar con sesiones de fisioterapia. Con esto, se busca reducir el nivel de afección que tenga la persona con la enfermedad. Así se puede dar paso a tratamientos como sesiones de psicoterapia, realizadas a la par del empleo de técnicas de relajación que son aplicadas en un ambiente controlado.

Las inyecciones botulínicas, aplicadas en el individuo cuando sus síntomas son muy intensos y persistentes, y cuando ya no responde positivamente ante otros tratamientos, son el último recurso para aliviar los espasmos y las contracciones musculares, buscando que la tensión disminuya para poder tratar las afecciones mentales de la persona. La toxina botulínica que poseen estos suplementos, las señales químicas que propician las contracciones desaparecen, ya que esta toxina las bloquea.

Con hábitos saludables tales como mantener una buena postura, evitar la incidencia del estrés en nuestras vidas, cuidar una buena alimentación, lo que implica también no consumir bebidas alcohólicas en exceso, y evitar exponerse a temperaturas muy altas o extremadamente bajas, se pueden evitar estas afecciones físicas. Además, estos son métodos recomendados especialmente para los procesos de recuperación cuando se acaba de salir de una paratonía.

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