Las personas que habitualmente están realizando actividad física de alto impacto, o simplemente a diario practican alguna disciplina física, son propensas a padecer la condición llamada ojo de gallo. En los pies se puede observar la aparición de una protuberancia que al tacto resulta muy dolorosa, sino se trata a tiempo es una lesión que se puede infectar. El ojo de gallo resulta ser muy incómodo causando comezón, ardor y hasta mal olor.
Esta condición es bastante común entre deportistas de diversas disciplinas en todo el mundo, es especialmente dolorosa y hay distintas maneras de tratarlo. En este artículo hablaremos de este tema dando algunos consejos útiles y cuáles son las distintas formas de tratamiento que se pueden probar para eliminarlo.
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¿Qué es el ojo de gallo?
El ojo de gallo también se le conoce con el nombre de “heloma moll”. Se trata de un tipo de lesión que es provocada por la queratosis generada a raíz de la presión constante y excesiva que se hace sobre el pie. Suele aparecer entre el cuarto y el quinto dedo del pie. El paciente se da cuenta de su aparición cuando siente un intenso dolor así como se observa la aparición de un bulto en esta zona.
Físicamente, el ojo de gallo parece ser una protuberancia similar a un callo con forma oval, este puede tener laceración debido al roce que puede producir el calzado. Esta lesión es especialmente temida por los deportistas ya que además del constante dolor, la posibilidad de tener una herida abierta que no sea tratada adecuadamente puede ocasionar una contaminación.
El primer signo del ojo de gallo es sentir dolor agudo y el comienzo del crecimiento de un bulto entre los dedos, el siguiente paso es cuando comienza a inflamarse para luego excoriarse.
Por ello, este tipo de heridas deben ser atendidas con mucho cuidado dado a que se encuentran es un zona muy propensa a no dejar que cicatrice o sane de forma correcta. Además, un mala cuidado puede desencadenar una infección que después será mucho más difícil de tratar.
En algunos casos, el ojo de gallo puede empezar a exudar un líquido desde la parte interna del mismo el cual puede ser desde el llamado pus. Se trata de un líquido que concentra gran cantidad de glóbulos blancos, o simplemente líquidos entre transparentes a blanquecinos. En tales sustancias se detectan bacterias y hongos. Es importante mantener la zona libre de humedad y lo más limpia posible.
¿Cuáles son las causas y quienes son más propensos a padecer el ojo de gallo?
Las actividades físicas hacen que de forma constante se ejerza presión sobre los pies son la principal causa de la aparición del ojo de gallo. Algunas disciplinas deportivas como el fútbol, básquet, correr o hasta bailar pueden hacer que la persona sea propensa a padecer ya que en todos estos casos los pies sufren de mucho roce y sobre ellos se ejercen mucha presión.
También; otra causa posible es la utilización del tipo de calzado incorrecto. Si la persona suele utilizar un número ajustado de zapatos o elige modelos que no son cómodos a largo plazo después de su constante uso devendrá en la aparición del ojo de gallo.
En este caso las mujeres pueden ser más propensas ya que la utilización de algunos calzados que tienen tacones que aprieta en la punta del pie afectando a la circulación.
Es posible que haya mayor propensión a este padecimiento para las personas que sufren de juanetes. Esta condición es una deformación en el pie que ocasiona que el dedo gordo se desplace, haciendo incluso que los otros dedos se doblen.
Algunas personas tienen casos muy avanzados de juanetes; lo cual hace que uno o más de sus dedos se posicionan por encima de los otros dedos. y por ello al caminar hay mayor fricción. Debido a esta causa, se recomienda principalmente tratar de realizar un procedimiento quirúrgico para corregir la posición de los dedos, o bien utilizar calzado que sea cómodo y que nunca apriete o moleste al caminar.
Si tienes algunas dudas en cuanto a lo que tienes, si es o no es el ojo de gallo, lo mejor es acudir a una consulta médica inmediata con un podólogo. Este médico es especialista en tratar cualquier aspecto relacionado con los pies.
Por ello, sabrá decir con exactitud qué es y también indicará un tratamiento que sea indicado para cada caso. No trates de hacer un tratamiento por tu cuenta. Mejor confía en médicos profesionales. Nunca hagas tanteos o experimentos con tu salud.
¿Cuáles son los tratamientos que ayudan a eliminarlo?
Con el ojo de gallo es muy importante tomar todas las medidas que sean necesarias con tal de poder evitar una infección. Desde el primer momento en que se sospeche de la aparición del ojo de gallo― sea con la sensación de dolor o al observar como comienza a crecer el bulto ― lo mejor es tratarlo inmediatamente.
Este tipo de bulto puede contener en su interior cualquier tipo de bacteria, dado a que esta zona es muy proclive a acumular restos de sudor, además de tener contacto con el suelo.
Para combatirlo, se puede untar sobre la herida alguna loción antibiótica y anti bactericida, así como también funciona la aplicación de agua oxigenada. Insistimos en que lo ideal es prevenir la infección a toda costa. Evitar que este problema se salga de control y se convierta en algo más complejo, a la vez que difícil de tratar.
Una forma de tratarlo en casa es preparando una mezcla a base de vinagre de manzana, jabón y agua preferiblemente fría a la que se le añade sal. La función que cumple esta fórmula sobre el ojo de gallo cuando este adquiere una textura similar a la de un callo es la de suavizar.
También ayuda a que la piel de esta zona se exfolie con la utilización de una piedra pómez junto con aceite de ricino. Esto se puede aplicar hasta que desaparezca el ojo de gallo. Ten en cuenta que se trata de un tratamiento que acompaña a las sugerencias de un médico, nunca se debe sustituir la atención médica profesional.
También, se puede frotar sobre este tipo de lesiones una cebolla impregnada en vinagre, o cáscara de limón. Igualmente; funciona frotar cápsulas de vitamina E o A así como de aspirinas, estas últimas deberán ser pulverizadas y colocadas sobre la herida. Tienen una excelente función antiséptica, a la vez que previenen la reaparición de este problema.
A continuación, se describen algunos tratamientos que existen nuevos en el mercado que también pueden funcionar en el tratamiento del ojo de gallo. Algunos son bastante convencionales. Otros son un tanto domésticos y se pueden hacer en casa. Se recomienda hacerlos siempre bajo la supervisión médica adecuada:
Lima eléctrica
Este tipo de instrumento funciona en caso de que el ojo de gallo haya terminado por tener una consistencia sólida o que parezca más una callosidad.
Las limas eléctricas, como su nombre lo indica, funcionan sea por medio de baterías o por acción de recibir energía eléctrica por medio de un conector.
Estas pueden ser diversos tamaños y modelos pero lo que sí mantienen como estándar es constituirse por un cilindro con una textura externa rugosa. Cuando este gira a cierta velocidad, mientras tiene contacto con la callosidad, termina por descartar o ir eliminando parte de ese bulto dejando una superficie de la piel más lisa.
Parches o compresa hipoalergénica para los callos
Este tipo de parches vienen previamente impregnados con agentes antibióticos o desinfectantes. La presentación es individual y algunos de estos productos pueden incluir parches que son autoadheribles.
La facilidad que aportan estas compresas es que al estar fijas sobre la piel garantiza que el área donde se encuentra el ojo de gallo absorba por completo el antibiótico o desinfectante, además son hipoalergénicos lo cual garantiza que no causa reacciones adversas.
También, se pueden encontrar en el mercado con el nombre de apósitos ovales para callosidades. Hay de diferentes materiales sean de silicona o de fieltro las más comunes, su función es la de principalmente ayudar a que se ablande la callosidad. Igualmente, los hay aquellos que tienen propiedades que ayudan a aliviar el dolor y por ello se pueden llevar puestas durante todo el día sin problemas.
Operación quirúrgica
En últimas instancias cuando el ojo de gallo ya tienen mucho tiempo sin que desaparezca o no cicatriza de la forma adecuada se debe acudir al podólogo para que este lo exfolie el mismo.
También, se puede realizar una cirugía la cual solo implica colocar anestesia local y se procede a la eliminación de la protuberancia de la zona afectada. Solamente se realiza en caso de que el podólogo lo considere necesario.
Como se puede notar, hay muchas alternativas para el tratamiento de esta afección. Empero, lo mejor es siempre la prevención. ¡Evitar padecer este problema! Al respecto, vamos a indicar algunos interesantes consejos en los párrafos a continuación.
Algunos consejos
Una forma de tratar de prevenir la aparición del ojo de gallo es realizando ejercicios o masajes para los pies que ayuden a mejorar la circulación. Ello se debe a que en ocasiones si las personas están teniendo problemas para que circule la sangre correctamente, sobre todo a los dedos de los pies. En el mercado hay en existencia un tipo de medias especiales cuya función es la de promover un fluido movimiento circular no sólo en los pies sino también en las piernas.
El uso de un calzado que sea adecuado a la práctica de deportes u otras actividades físicas de alto impacto en los pies es una excelente forma de prevenir la aparición del ojo de gallo.
Zapatos que posean un ergonomía especial que ayuda a que el pie aguante de mejor forma el peso corporal así como la fricción constante a la larga resulta ser una inversión ideal que sin dudas te protegerá no solo de esta condición.
En caso de que este abultamiento se abra y pase a ser una herida abierta, lo mejor el colocar cremas con propiedades antibióticas o simplemente colocar residuos de plantas que sean también antibióticas.
La idea es lograr que cicatrice en poco tiempo y por ello también en este caso lo mejor es evitar el uso de zapatos que sean cerrados, se recomienda el uso de sandalias. El peor escenario ante esta situación es que no pueda cicatrizar correctamente a causa de una excesiva humedad o por no tener suficiente contacto con el aire.