La bulimia es un alteración de la práctica alimentaria. La falta de control conlleva al consumo en un corto tiempo de grandes cantidades de alimentos, para posteriormente tener un acto compensatorio al usar laxantes y autoinducirse el vómito.
Es difícil detectar la conducta ya que la persona lo mantiene en secreto. Las mujeres representan un gran porcentaje de los casos de bulimia, siendo el 90% de los trastornos detectados. La población que más frecuentemente se encuentra afectada son los adolescentes, o al principio de la edad adulta.
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Causas de la bulimia
Existen estudios científicos que ubican el trastorno de la conducta alimentaria en la genética. El cromosoma 10 de los afectados posee una variación de las sustancias neurotransmisoras como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina.
- Podría también originarse por el ambiente personal.
- Baja autoestima y una gran preocupación por el aspecto físico.
- Presión de la sociedad por los ideales de belleza. Que pueden ser incrementados por el rechazo social.
- También puede estar presente la anorexia, y una percepción errónea de la imagen corporal.
Tipos de bulimia
Purgativo. Autoinducción del vómito, uso de diuréticos y de laxantes.
No purgativo. Ayuno o ejercicio excesivo, no usando de forma habitual el vómito, los laxantes y los diuréticos.
Síntomas de la bulimia
- Ansiedad continua por la comida.
- Incontrolables ganas de comer, en especial dulces e hidratos de carbono.
- Puede haber exceso de ejercicio físico.
- Ingerir alimentos en cortos períodos de tiempo y en cantidades grandes.
- Abuso de laxantes y diuréticos.
- Sentimientos de vergüenza y culpa.
- Vómito inducido.
- Irritabilidad, apatía, abandono del cuidado personal, cambios en el sueño y fatiga.
- Hacer ayunos largos.
- Hacer dietas restrictivas.
- Miedo a engordar.
- Pérdida del esmalte dental.
- Puede presentarse en pacientes con antecedentes de anorexia nerviosa.
El médico por su parte, puede observar lesiones en la garganta, alteraciones endocrinas, hipertrofia de las glándulas parótidas, irregularidades en el ciclo menstrual o amenorrea, desequilibrio de electrolitos, edemas en extremidades y abrasiones en el dorso de las manos, puede existir una ligera distensión abdominal, desequilibrio de los fluidos y electrolitos.
Factores de riesgo
- Realizar dietas puede llevar a afectar neurotransmisores como la serotonina, lo que inclina a la bulimia.
- Igualmente al dejar de consumir carbohidratos, aumenta el deseo de comer al suprimir un importante inhibidor del apetito.
- La tendencia a engordar y excesos de dietas puede tener un factor de riesgo.
- Preocupación excesiva por el peso e insatisfacción con la figura.
Los trastornos alimentarios son condiciones que podrían tener graves repercusiones tanto en la salud emocional y física del individuo afectado. Podrían en cierto punto poner en riesgo la vida. Las consecuencias de la bulimia afectan cada ámbito de la rutina de la persona y sus experiencias personales.
El físico y las consecuencias de la bulimia
- Puede presentarse un cambio violento en el peso, pero muchas veces el peso es normal.
- Se puede producir una dilatación gástrica por la cantidad de comida ingerida en un atracón.
- Pueden presentarse fuertes dolores de estómago.
- Glándulas salivales inflamadas por los vómitos.
- Erosión del esmalte dental.
- Úlceras en manos y boca.
- Alteración de las sales minerales en sangre.
- Edemas en piernas y brazos.
- Estreñimiento.
- Alteración de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Pérdida de masa muscular.
- Osteoporosis y disminución de la densidad de los huesos.
- Falla cardíaca y muerte.
- Debilidad muscular.
- Deshidratación a la larga podría resultar en una falla renal.
- Niveles altos de triglicéridos.
- Piel y cabello secos.
- Crecimiento de una capa fina de vello facial y corporal.
- Niveles elevados de colesterol.
- Enfermedades de la vesícula biliar.
- Diabetes mellitus tipo II.
- Pancreatitis.
- Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares.
- Pérdida de potasio, cloro y sodio.
- Probable ruptura gástrica.
- Inflamación o ruptura del esófago.
- Movimientos intestinales irregulares.
- Inflamación de las encías y gingivitis.
- Descontrol en electrolitos magnesio, calcio, potasio, sodio y fósforo.
- Hormigueos y calambres.
- Cálculos o arena en el riñón.
- Hernia de hiato.
- Reflujo.
- Dificultades para masticar y tragar.
- Infecciones urinarias.
- Problemas respiratorios y bronquitis.
- Temperatura corporal baja.
- Anemia, falta de hierro.
- Peso inestable.
Las consecuencias de la bulimia en el hogar
- Se pueden observar cambios de la conducta en el hogar, en su relación con sus familiares o en sus tareas diarias.
- Irritabilidad.
- Desorganización.
- No respeta normas.
- Falta de higiene.
- Alteración en horarios y del ritmo del sueño.
Socializar y las consecuencias de la bulimia
- Evasión de situaciones sociales que implique la comida.
- Su vida social puede estar alterada como consecuencia del problema.
- Dificultades para salir de casa por problemas de imagen corporal.
- Problemas para relacionarse sexualmente.
- Aislamiento social.
Estudios y vida laboral
- Bajo rendimiento escolar.
- Alteración en la actividad laboral.
- Falta de concentración, memoria y dificultades de atención.
Psicológicas
- Depresión asociada a la culpa.
- Ansiedad.
- Trastorno obsesivo-compulsivo.
- Fobia social o soñar que no te quieren.
- Trastorno de pánico.
- Trastorno Límite de la Personalidad.
- Riesgo de suicidio.
- Imagen corporal distorsionada.
- Aislamiento social.
Consecuencias de la bulimia durante el embarazo
Las mujeres con bulimia poseen más riesgos durante el embarazo de presentar abortos involuntarios, problemas respiratorios, hipertensión, partos prematuros, preeclampsia, un bebé con bajo peso corporal, riesgo de muerte al nacer, también pueden requerir cesárea durante el parto, inclinación a desarrollar depresión durante y después del embarazo.
Tratamientos para la bulimia
Esta enfermedad puede ser tratada con éxito, para ello es necesario un procedimiento multidisciplinario para comprender las dificultades psicológicas, físicas, emocionales y familiares que puedan tener los pacientes de bulimia. La finalidad del tratamiento es mejorar la autoestima de la persona y lograr la aceptación personal, y que así esté capacitada para tener un estilo de vida saludable.
Para lograr la restauración de la armonía y balance emocional se practican diversas técnicas terapéuticas, que han ido desarrollándose en los últimos años. Las terapias más empleadas en este trastorno alimenticio son la psicoterapia tanto grupal, como individual o familiar. Además de un procedimiento farmacológico y grupos de autoayuda.
Uno de las estrategias más usadas, es la terapia cognitivo conductual junto a la mezcla de fármacos antidepresivos. Los medicamentos inhibidores de serotonina como la fluoxetina, son empleados para evitar o disminuir los atracones. Así que ayudan a mejorar la depresión y la ansiedad. Los fármacos no son suficientes para tratar la enfermedad pese a que regulan los componentes químicos del cuerpo, porque no llegan a la raíz del problema como la baja autoestima y la imagen distorsionada del cuerpo.
La terapia cognitivo conductual ha obtenido grandes resultados para la bulimia y al tratar a fondo los problemas logra el éxito a largo plazo. Transforma por ejemplo, la necesidad a hacer dietas peligrosas, ayuda a mejorar síntomas de la condición como la depresión y la baja autoestima y permite cambiar la visión del peso y el cuerpo.
La alimentación para recuperar el organismo
Las personas que se están recuperando de la bulimia necesitan restablecer el equilibrio metabólico y para ello se debe tener una alimentación adecuada y saludable para recuperar los nutrientes perdidos. Dependiendo de cada caso y los problemas médicos presentados durante el trastorno un especialista podría indicar una dieta más específica.
Conviene realizar cinco comidas diarias, no muy abundantes. También se recomienda masticar despacio los alimentos. Se deben eliminar alimentos azucarados, la cafeína y el alcohol. Y consumir los ricos en vitaminas y minerales, así como carbohidratos y proteínas.
- Incorporar alimentos ricos en zinc como los higos, espárragos, berenjenas, apio, borrajas y papas.
- Consumir huevos, y lácteos.
- Aceites de oliva y soja.
- Comer legumbres, cereales, tubérculos, frutas, hortalizas y verduras.
- Ingerir frutos secos como avellanas, nueces y almendras, que ofrecen ácidos grasos, minerales y vitaminas.
- Comer proteínas de alto valor, como maní, que además tiene los aminoácidos esenciales.
Recomendaciones en la alimentación
- Ir al ritmo del paciente.
- Respetar los gustos y animosidades por ciertos productos.
- Variar productos que no funcionen en la dieta por otros con nutrientes similares.
- Usar técnicas alternativas a las salsas o frituras.
- Evitar embutidos, grasas saturadas y otros de poca calidad.
- Aprender a alimentarse con productos saludables.
- Evitar la cafeína ya que aumenta la ansiedad.
- Programar horarios de comida.
- Comer en familia.
- Realizar ejercicio sin excesos.
- Apoyo de la familia y amigos.
Batidos para recuperar los nutrientes
Batido de plátano. Los dátiles tienen nutrientes que ayudan a dar energía y los plátanos son ricos en hidratos de carbono y potasio. Batir un plátano, una cucharadita de miel, dos dátiles secos deshuesados y un cuarto de leche de avena.
Batido de leche y fresa. Funciona para aumentar la masa muscular. Las fresas son ricas en magnesio, vitamina K, potasio fortaleciendo la salud de los huesos. Batir un vaso de leche, tres fresas y una taza de avena.
Batido de fresa y cambur. Permite recuperar energía y por tener mucha vitamina C refuerza el sistema inmune. Batir tres fresas, un cambur, doscientos gramos de yogur natural, media lima
Batido de arándanos. Rico en proteínas, antioxidantes y minerales. Batir ciento cincuenta mililitros de leche de almendras, cinco arándanos, un kiwi, miel y 3 fresas.
Batido de remolacha. Para reponer nutrientes y para restablecer energías. Batir un higo, un cuarto de remolacha rallada, una ciruela, media manzana y una cucharada de canela.
Batido de espinacas. Es cóctel de minerales y vitaminas para ayudar a recuperar el metabolismo. Batir un puñado de espinacas, un plátano y una taza de leche de almendras.